Directrices para el envío de productos termosensibles

• disponer del equipamiento adecuado para la manipulación de productos termosensibles;
• conocer la normativa y legislación aplicables;
• ser capaz de proporcionar soluciones de embalaje adecuadas.

Tiene que haber un aislamiento adecuado para mantener una temperatura constante. La selección de un buen material aislante llevará a la reducción del consumo de refrigerante. Por ejemplo, en el caso de productos duros que requieran menos refrigeración, bastará con unas placas de espuma aislante o un envoltorio de burbujas térmico.

En el caso de envíos sanitarios que requieran un intervalo de temperatura específico, utiliza un embalaje termorregulador. Elige un embalaje termorregulador "activo", especialmente para los envíos sensibles. Este tipo de embalaje incluye un contenedor refrigerado controlado por un termostato y con una fuente de alimentación interna.

Selecciona un refrigerante adecuado. El hielo seco es considerado como la mejor opción para congelar, mientras que los paquetes de gel mantienen el producto a una temperatura de entre 32 ºF y 60 ºF. Asegúrate de que el embalaje tenga el relleno adecuado con materiales como el envoltorio de burbujas, por ejemplo.

Asegúrate de cumplir las normas de envío refrigerado del transportista, incluido el uso de hielo seco. Por ejemplo, el hielo seco no debe entrar en contacto directo con ningún producto alimentario. Cuando envíes productos delicados, asegura los paquetes de gel y los refrigerantes con cinta adhesiva. Incluye suficiente cantidad de material de relleno, como un envoltorio de burbujas, para evitar que los productos se muevan en el envoltorio refrigerante.